agosto 19, 2012

SUPERVISORES CELESTIALES

¿Cuentan mis pasos meticulosamente?
¿Han llegado a una cifra
de muchos ceros separados por puntos?
¿Podría yo haber caminado hasta la estrella más cercana?
Rememoradme, por favor,
uno de mis primeros pasos,
quiero el traje planchado que usaba ese día
quiero que mi madre me tome de la mano firmemente.

Esa debe ser mi abuela ahí

en el ataúd abierto. Sus manos están agrietadas
de tanto fregar
el suelo por el que caminamos con zapatos negros.

Los tres pasitos que di entonces

para que pudiera ser levantado y besarla,
y los tres igualmente pequeños que di para retroceder...
¿Todavía resuenan en magnitudes que retroceden eternamente?

¿Podría este perro sentado como una esfinge

junto a la gris costa atlántica
todavía oír crujir mis zapatos nuevos
al otro lado del mundo?

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