marzo 18, 2010

POEMA

Y corrimos
como nunca. 
En la huida
inventamos
un trampolín
capáz de
eyectarnos
hasta el mar
mientras arriba
un avión
se estrellaba
en un firmamento
melancólico.
Una radiografía
del terror.
Un espanto.
Una pena
negra que
compartíamos
cuando
destruimos la pensión
por el alcohol
y
los vidrios
nos indicaron
la puerta
de atrás.

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